Finalizados los festejos por las elecciones primarias que pusieron a Cristina Kirchner a un paso de su segundo mandato, los técnicos del área energética se toparon con una señal de alerta que promete complicar el abastecimiento de gas del próximo año .
Pese a que el discurso oficial sigue sin admitirla, la caída de la producción gasífera local obligará al Gobierno a concretar en 2012 una importación récord de gas por barco para abastecer a los usuarios residenciales y morigerar los cortes a las industrias en el invierno.
Las compras de GNL (gas natural licuado) previstas para el próximo año indican que el Gobierno tendrá que afrontar una factura que será el doble que la actual . De US$ 1.600 millones que se desembolsarán este año, las importaciones de GNL en 2012 van camino a alcanzar unos US$ 3.000 millones que agravarán el déficit de la balanza comercial energética .
A esas compras se agregarán los despachos de gas de Bolivia que, si se cumplen la entregas pactadas, podrían implicar otro gasto de US$ 900 millones anuales.
Las 50 cargas de GNL contratadas en 2011 para las regasificadoras de Bahía Blanca y Escobar se elevarán, como mínimo, a 75 el próximo año. De los US$ 32 millones promedio que costó cada barco este año se pasaría a pagar en 2012 unos US$ 40 millones por cada cargamento.
La importación de GNL, que el Ministerio de Planificación de Julio De Vido había implementado como una salida “transitoria” hace tres años, no paró de crecer y se ha transformado en la principal fuente de provisión externa de gas que tiene el país. De sólo 8 cargas compradas en 2008, se pasó a 14 en 2009, luego a 21 en 2010 y a 50 este año. Los 75 cargamentos previstos para 2012 se repartirían de la siguiente manera: La mayor parte, 45, irían para el buque regasificador Bahía Blanca que pasará a estar operativo todos los meses del año con un promedio de casi cuatro cargas mensuales de 178.000 metros cúbicos cada una.
Las 30 cargas restantes alimentarán la planta regasificadora móvil de Escobar, que se habilitó hace dos meses para reforzar la oferta invernal a la región metropolitana y abastecer a las centrales térmicas de Campana y Timbués.
Según el cronograma que manejan los técnicos de Enarsa –la empresa estatal encargada de importar el GNL–, a fines de setiembre se licitarán las compras para los primeros meses de 2012. En tanto, las entregas para el invierno y el resto del año, se definirían entre febrero y marzo.
En principio, la disputa por el negocio de la provisión de GNL se daría entre Repsol, Gas Natural, Morgan Stanley, Excelarate y E-Cross World. Al margen quedarían las japonesas Marubeni y Mitsubishi –que están cubriendo la mayor demanda del mercado nipón tras el tsunami que afectó la generación nuclear– y Qatar Gas, que está negociando con el Gobierno un polémico megacontrato de venta de GNL por 20 años
